
El lunes 17 de noviembre de 2025, a las 18 h, el Auditorio de la Facultad de Artes fue escenario de un emotivo reconocimiento a diez docentes cuya labor ha sido fundamental en la construcción académica, artística y humana de nuestra institución.
Los homenajeados, Javier Alonso, Norberto Baliño, Eduardo Fernández, Luis Ferreira, Héctor Laborde, Carlos Musso, Rubén Olivera, Carlos Seveso, Daniel Tomasini y Samuel Sztern, recibieron el agradecimiento de colegas, estudiantes, egresados/as, autoridades, familiares y amistades que colmaron la sala.
La ceremonia se abrió destacando lo afectivo de este encuentro: un espacio para valorar trayectorias, reencontrarse como comunidad y agradecer a quienes, con su trabajo, han dejado marca en generaciones de estudiantes y en la identidad de la Facultad.

Siete de los homenajeados estuvieron presentes en la actividad y compartieron palabras que fueron desde la emoción y el humor hasta reflexiones sobre la docencia, el arte y la universidad pública. A quienes no pudieron asistir (Daniel Tomasini, Samuel Sztern y Carlos Musso) se les dedicó la lectura de sus semblanzas en reconocimiento a su aporte y se les harán llegar los obsequios elaborados por estudiantes de las áreas Artes del Fuego y de Foto, Cine y Video.
La primera parte de la ceremonia estuvo a cargo del profesor Osvaldo Leite, quien presentó las semblanzas de los profesores del Instituto de Música; Eduardo Fernández, Luis Ferreira y Rubén Olivera. Su intervención estuvo cargada de afecto y reconocimiento académico hacia cada uno de ellos pero también de nostalgia.

Leite destacó la vasta trayectoria de cada uno de ellos y señaló también su contribución al desarrollo académico del entonces Conservatorio Universitario y la posterior Escuela Universitaria de Música.
Al tomar la palabra, Fernández agradeció a la Universidad de la República “por haberme dado la oportunidad de desarrollar una cosa que me interesaba muchísimo, que era la investigación musical, y poder compartir esos conocimientos con los estudiantes”. También expresó su gratitud hacia ellos, reconociendo que “uno aprende muchísimo de los estudiantes”.

Ferreira, por su parte, expresó su agradecimiento y resaltó el valor de la Universidad pública, “laica y gratuita, y de enseñanza de calidad”. Subrayó que su trabajo había sido también una forma de devolver lo recibido como estudiante y destacó la importancia de los aprendizajes compartidos con colegas y compañeros/as de las distintas áreas del Instituto.
Para cerrar el primer bloque, tomó la palabra Rubén Olivera, quien agradeció el reconocimiento, recordó con afecto a colegas y compañeros de distintas etapas y destacó el trabajo compartido en la Facultad. Mencionó la importancia de la colaboración y el valor de haber participado “aunque sea un poco” en esta “bandada de tan destacados artistas y docentes”.

El segundo bloque de reconocimientos estuvo a cargo del decano Fernando Miranda, quien comenzó agradeciendo a las personas presentes y saludando a Luis, a Eduardo, a Rubén por sus trayectorias.
A su cargo estuvo reconocer a los profesores Samuel Sztern, Javier Alonso, Norberto Baliño, Héctor Laborde, Carlos Musso, Carlos Seveso y Daniel Tomasini. En todos los casos recordó anécdotas particulares para ilustrar sus personalidades, sus formas de vincularse y la trascendencia de su paso por la ex Escuela Nacional de Bellas Artes y la actual Facultad de Artes.
Durante su intervención, Javier Alonso recordó su ingreso a la entonces Escuela de Bellas Artes “siendo menor de edad”, en 1959, una trayectoria que le permitió atravesar buena parte de los procesos que llevaron a la actual Facultad de Artes. Subrayó la importancia del co-gobierno universitario y la capacidad de la Universidad para concretar transformaciones, como la integración de disciplinas diversas bajo un mismo proyecto. Agradeció el reconocimiento y reafirmó su compromiso con la participación democrática: “Así que nos veremos en la contienda y seguiremos trabajando”.

Norberto Baliño, por su parte, agradeció el reconocimiento evocando más de cinco décadas de vida universitaria, desde su ingreso en 1970 hasta los distintos procesos que atravesó la antigua Escuela de Bellas Artes, el Instituto asimilado a Facultad y la actual Facultad de Artes. Recordó a docentes y referentes que marcaron su formación y subrayó que “uno es lo que es gracias a los estudiantes”. También reflexionó sobre el valor del disenso, la pluralidad y la defensa de las humanidades en un contexto global complejo, señalando que el mayor desafío es sostener una universidad crítica, abierta y diversa.

En su intervención, Héctor Laborde recordó su ingreso a la entonces Escuela en 1969 “un año después que Javier” y cómo ese espacio definió su vida: “encontré una razón para vivir”. Evocó una escuela profundamente colectiva, donde el trabajo en equipo, la militancia y la responsabilidad compartida eran parte de la vida cotidiana. Mencionó a figuras decisivas en su formación, como Jorge Errandonea y Miguel Ángel Pareja, subrayando el impacto que tuvieron en la construcción de la institución que hoy es Facultad de Artes. Con humor, recordó su salida y agradeció que ese cambio le permitió abrir nuevas etapas de trabajo. Cerró afirmando que nunca dejó de sentirse parte de la casa: “siempre me sentí un artista universitario, y me sigo sintiendo”.

Por último, Carlos Seveso hizo alusión a cómo llegó a la escuela junto a otros compañeros de generación, mencionando a “Pocho” Musso y Carlos Barea. La figura clave de Jorge Errandonea también fue rememorada ya que el maestro Errandonea fue quien le animó a integrarse y participar en un cursillo en el año 1985. Dos años después Seveso ingresó como docente ayudante y en 1993 abrió su taller. “Considero que la escuela me formó y me dio una profesión, la cual quise mucho”, expresó emocionado. Por último manifestó la buena relación con los estudiantes de su taller y de otros talleres, que siempre estuvo abierto y agradeció al Consejo de la Facultad de Artes por la iniciativa y recordó a los funcionarios y compañeros de todas las secciones, ya que sin su trabajo “el taller no habría podido funcionar”.

El cierre de la ceremonia estuvo a cargo del Coro de la Facultad de Artes, bajo la dirección de la Lic. Ana Laura Rey e integrada por más de una veintena de coreutas.

Registro fotográfico: Área Foto, Cine y Video de la Facultad de Artes.
